Querido Alo, conocí de tí por tus papis; mi hijo Pablo es nuevo amigo de tu hermanito Diego en el Colegio. Quiero agradecerte por la gran experiencia de vida que me has regalado, ha sido dura pero me la merecía. Todo pasó a raíz de una plática que tuve con tu Papa, el día de la primera comunión de Pablo; el 9 de Junio de 2012, ese día fué muy especial porque compartimos grandes momentos y uno de ellos fué cuando acordé organizar una visita contigo, recuerdo que la frase final fué cuando tu Papá dijo....si a él le gusta mucho el agua. Y así quedamos, con esa frase de ...nos ponemos de acuerdo y así se pasó Julio, Agosto, Septiembre, Octubre y algunos días de Noviembre, hasta el día en que te fuiste. Desde que supe de tu partida hasta ahora no he podido quitarme de la cabeza la gran oportunidad que dejé ir, al haber pospuesto una gran experiencia, me dejé llevar por los eventos cotidianos, me perdí de lo que realmente importa, me perdí de haberte conocido, perdí la oportunidad de que Pablo y sus hermanos te conocieran, te abrazaran y que se construyeran grandes recuerdos, enseñanzas y sentimientos. Ya no hay vuelta atrás.... y por eso duele, Pablo con justa razón me reclamó y me dijo ....Lo debiste haber hecho, tiene toda la razón. Es así que en tu memoria cada vez que se me presente la oportunidad de estar, compartir u organizar algo importante y trascendental me esforzaré al máximo para que las cosas realmente sucedan, recordaré tu carita, que justo acabo de conocer en este precioso memorial y me diré ...no otra vez Alo. Gracias pequeñín por tus enseñanzas. Susana González